el loco

El loco

Es una tarde mustia y esabria

de un otoño sin frutos, en la tierra

estéril y raida

donde la sombra de un centauro yerra.

Por un camino en la árida llanura,

entre álamos marchitos.

a solas son su sombra y su locura

va el loco, hablando a gritos.

Lejos se ven sombrios estepares,

colinas con malezas y cambrones,

y ruinas de viejos encinares,

coronando los agrios serrijones.

El loco vocifera

a solas con su sombra y su quimera.

Es horrible y grotesca su figura :

fiaco, sucio, maltrecho y mal rapado,

ojos de calentura

illuminan su rostro demacrado.

Huye de la ciudad … Pobres maldades,

misérrimas virtudes y quehaceres

de chulos aburridos, y ruindades

de ociosos mercaderes.

Por los campos de Dios el loco avanza

tras la tierra esquelétiqua y sequiza

- rojo de herrumbre y pardo de ceniza –

hay un sueño de lirio en lontaneza.

Huye de la cuidad. ¡El tedio urbano !

- ¡carne triste y espiritu vilano ! -

No fue por una trágica amargura

esta alma  errante desgajada y rota;

purga un pecado ajeno : la cordura,

la terrible cordura del idiota.

ANTONIO MACHADO

CVI de : Campos de Castilla